Parece mentira que estemos rodeados de señales, pistas, mensajes, símbolos y todo tipo de pruebas en el Camino de Santiago y que no los veamos. Como dice al final del libro "Nadie lo creía, ni lo cree en la actualidad, desde luego, pero justamente ahí reside la fortaleza del secreto".
Una vez más, Mariano F. Urresti nos asombra con su inmensa cultura y conocimientos. Es cierto, y él mismo lo afirma a lo largo del libro, que algunas claves son interpretables, pero es tan válida una interpretación como otra. Es cuestión de fe, no sólo religiosa, y a menudo son más atractivas las leyendas que la Historia.
Lo que es indudable es que hay muchas sombras en la historia, escrita siempre por los vencedores y por los dominantes del status quo. No todas las explicaciones nos parecen satisfactorias y algunos misterios no quieren ser revelados, se quieren conservar en círculos cerrados y se transmiten de forma interna entre sus iniciados.
Las conexiones del enigma enlazan con la Atlántida y el Antiguo Egipto, Stonehenge, Noé y el diluvio universal, los templarios, el Jardín de las Hespérides, los tartesos, la isla de San Borondón, los antiguos griegos y su mitología, la lejanas India y Mesopotamias, el apóstol Santiago... y terminar en Finisterre. ¿casualidad? Parece complicado. ¿Interpretación voluntarista? Demasiado retorcido. En cualquier caso, la mayor virtud del libro es que abre la mente, plantea cuestiones que nos hacen reflexionar y cuestionar lo que nos rodea.
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