sábado, 22 de septiembre de 2012

La Sociedad Literaria y del pastel de piel de patata de Guernsey

Acabo de terminar este libro delicioso. ¿Por qué utilizo este epíteto para un libro? No lo sé. Me parece cursi, pero es el que me ha venido a la cabeza. Quizá por el pastel del título. Quizá no sea ni delicioso.
Lo cual me lleva a un primer apunte: creo que la traducción es deficiente. Como no soy traductor, me abstengo de hacer juicios categóricos (todo lo categórico me suena kantiano). Pero como estoy en mi blog, opino lo que me parece. Creo que el título de la entrada debería ser el del libro. Luego hay un par de palabras en el contenido que también me parece mal traducidas (por ejemplo, "parada" debería ser "puesto").
El libro pertenece al género epistolar, lo que le añade frescura por lo poco común. Hay alguna trampa o licencia al emplear algún registro que no son cartas, por ejemplo, un libro de notas, intercambio de ¿cartas? a ritmo de correos electrónicos (¿o había servicio postal varias veces al día?)... El autor es libre de hacer lo que estime oportuno con su historia, pero creo que habría que ser más purista; al fin y al cabo nadie la ha obligado a utilizar este género.
Y esta es la razón por la que a veces me costaba visualizar a los personajes, pues las cartas no pueden excederse en descripciones y hay que ser muy hábil para hacerlo.
Con todo, es una novela entretenida y deliciosa (de nuevo este dichoso adjetivo).
Juliet Ashton busca argumento para su próxima novela, pero tras un exitoso libro recopilatorio de sus artículos bajo el seudónimo de Izzy Bickerstaff publicados durante la Segunda Guerra Mundial. En 1946, enero, comienzan las cartas con su editor y amigo Sidney Stark. Un desconocido, de la isla de Guernsey, se ha encontrado con un libro de Juliet sobre Charles Lamb y le escribe una carta. Del hilo de esta correspondencia se llega a la madeja de la Sociedad Literaria de esa isla del Canal de la Mancha, surgida durante la Ocupación alemana. 
El intercambio de cartas de los distintos miembros de la Sociedad Literaria con Juliet la atraen hasta el punto de hacerla ir a la isla y descubrir la arrolladora personalidad de Elisabeth McKenna, siempre presente sin estarlo físicamente.
Entre sus páginas encontramos a personajes muy humanos, con sus virtudes y debilidades, la generosidad, el compañerismo, el amor, la amistad... y la traición de los vecinos. Un libro que hace referencia a otros libros dentro y el amor por ellos, una historia con más historias.
Una cita: "Leer buenos libros te impide disfrutar de los malos". Chapó.
Mary Ann Shaffer, la autora, murió poco después de que su sobrina Annie Barrows terminara el libro. Al menos pudo ver el éxito de su obra por un tiempo...

miércoles, 5 de septiembre de 2012

El monje que vendió su Ferrari

Un amigo me regaló este libro que acabo de releer. Era un amigo antes y lo es más después.
Una fábula sobre un abogado de éxito que lo tiene todo, en lo material, y lo deja para llenar su vacío existencial.
Es un libro que te hace reflexionar sobre lo Importante en la vida, que ofrece unas pautas para alcanzar la serenidad, el equilibrio interior, la felicidad. En el fondo, es sencillo.
Cuando el alumno esté preparado, aparecerá el maestro.

martes, 4 de septiembre de 2012

¡Vivir!, de Yu Hua

¿Cómo se puede tener una vida tan triste y seguir viviendo? ¿Cómo es uno capaz de sufrir tantas desgracias y no perder la serenidad y la sonrisa? ¿Cómo se puede escribir una novela plagada de tristezas y rezumar optimismo e incluso buen humor? Porque, a ratos, es incluso divertida. Hay lágrimas y risas, como en la vida misma.
Este odontólogo chino reconvertido a novelista lo ha conseguido. Narra la historia de Fugui, el hijo pródigo de un campesino terrateniente con varios mu de tierra que dilapida la herencia entre burdeles y timbas, arruinándose él y su familia. En un acto de humildad (no tiene alternativa) se dedica a empezar de cero en el campo para mantener a su mujer Jiazhen y sus hijos, la preciosa Fengxia y el generoso Youqing. Sin embargo, enseguida es reclutado a la fuerza por el ejército en la guerra civil que asoló el país antes de la Revolución Cultural. Cuando por fin consigue volver a casa ve sus tierras y pertenencias expropiadas. El comunismo no garantiza el bienestar y pasan hambre, viviendo con sopa aguada de arroz. Parece que levantan cabeza y su hija, Fengxia...
Bueno, no voy a revelar nada. Me cuesta imaginarme en su piel y seguir levantándome cada mañana con el sol.
¿Es una novela tan sencilla como su lectura parece reflejar? Creo que no. Hay reminiscencias del taoísmo en varios puntos. Por ejemplo, el omnipresente buey, no sólo el que acompaña a Fugui al final de su vida sino como señal de prosperidad. (El propio Lao Tsé suele aparecer representado a lomos de un buey). También la aparente pasividad o resignación de Fugui, el fluir, su falta de ambición "Lo mejor es llevar una vida normal. Cuando uno lucha por esto o por lo otro, de tanto luchar acaba pagando con la vida", como le pasó a Chunsheng, su compañero en la guerra, o Long Er, el tahúr que le birló su herencia. También habla de su vida anterior y la futura, de la reencarnación y de cómo su vida actual es consecuencia de los actos cometidos en la anterior.
Fugui se sobrepone a las calamidades, trabaja duro de sol a sol, mira hacia adelante y cuando alguien muere se fija en lo bueno que han compartido. Sufre, pero acepta lo que le viene y mantiene la esperanza. "Todos los muertos quieren seguir vivos, así que tú, que estás vivo y coleando, no tienes que morirte". ¡Vivir! A pesar de todo.