Acabo de terminar este libro delicioso. ¿Por qué utilizo este epíteto para un libro? No lo sé. Me parece cursi, pero es el que me ha venido a la cabeza. Quizá por el pastel del título. Quizá no sea ni delicioso.
Lo cual me lleva a un primer apunte: creo que la traducción es deficiente. Como no soy traductor, me abstengo de hacer juicios categóricos (todo lo categórico me suena kantiano). Pero como estoy en mi blog, opino lo que me parece. Creo que el título de la entrada debería ser el del libro. Luego hay un par de palabras en el contenido que también me parece mal traducidas (por ejemplo, "parada" debería ser "puesto").
El libro pertenece al género epistolar, lo que le añade frescura por lo poco común. Hay alguna trampa o licencia al emplear algún registro que no son cartas, por ejemplo, un libro de notas, intercambio de ¿cartas? a ritmo de
correos electrónicos (¿o había servicio postal varias veces al día?)... El autor es libre de hacer lo que estime oportuno con su historia, pero creo que habría que ser más purista; al fin y al cabo nadie la ha obligado a utilizar este género.
Y esta es la razón por la que a veces me costaba visualizar a los personajes, pues las cartas no pueden excederse en descripciones y hay que ser muy hábil para hacerlo.
Con todo, es una novela entretenida y deliciosa (de nuevo este dichoso adjetivo).
Juliet Ashton busca argumento para su próxima novela, pero tras un
exitoso libro recopilatorio de sus artículos bajo el seudónimo de Izzy
Bickerstaff publicados durante la Segunda Guerra Mundial. En 1946,
enero, comienzan las cartas con su editor y amigo Sidney Stark. Un
desconocido, de la isla de Guernsey, se ha encontrado con un libro de
Juliet sobre Charles Lamb y le escribe una carta. Del hilo de esta
correspondencia se llega a la madeja de la Sociedad Literaria de esa
isla del Canal de la Mancha, surgida durante la Ocupación alemana.
El intercambio de cartas de los distintos miembros de la Sociedad Literaria con Juliet la atraen hasta el punto de hacerla ir a la isla y descubrir la arrolladora personalidad de Elisabeth McKenna, siempre presente sin estarlo físicamente.
Entre sus páginas encontramos a personajes muy humanos, con sus virtudes y debilidades, la generosidad, el compañerismo, el amor, la amistad... y la traición de los vecinos. Un libro que hace referencia a otros libros dentro y el amor por ellos, una historia con más historias.
Una cita: "Leer buenos libros te impide disfrutar de los malos". Chapó.
Mary Ann Shaffer, la autora, murió poco después de que su sobrina Annie Barrows terminara el libro. Al menos pudo ver el éxito de su obra por un tiempo...
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