Es el primer libro que leo de este autor. Desde un punto de vista literario no hay mucho que comentar. Bueno, de comentar se podría, de literatura no. Nos encontramos con una total ausencia de descripciones de los personajes, de la casa, del entorno. Es todo reflexión y recuerdo. Abusa sin justificación de los puntos suspensivos. Incluso los utiliza mal. Cada pocas líneas un punto y aparte, así un párrafo se fragmenta en tres, cuatro o diez. Revela su nombre casi al final de la novela, sin motivo para haberlo escatimado antes y sin justificación para sacarlo ahora. El único nombre propio, por cierto. Lo dicho, literatura escasa. Es más un libro de autoayuda con formato ficción.
Con habilidad evita el melodrama y la sensiblería, pero está trufado de tragedia. El protagonista enviuda y se tiene que hacer cargo de su padre, viudo. Hay accidentes de tráfico, enfermedades, hospitales, cáncer, alzheimer, alusiones a la eutanasia...
Me da la impresión de que el autor explota su drama personal con productos comerciales de mensaje positivo, menos mal, con gancho para el consumo masivo.
De gustos no hay nada escrito, pero mi tiempo lo prefiero dedicar a libros y autores de verdad.
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