lunes, 26 de enero de 2015

Bikini, de James Patterson


Mi primera lectura de este autor, que busqué para saber por qué vende tanto. (Por qué publica tanto ya lo sé: su ejército de negros, a los que a veces menciona en las portadas, como a Maxine Paetro).

Pues no necesito más. Un ejemplo de literatura hamburguesa. No de la hamburguesa artesana, con materiales de primera, hecha con cariño, sino la de cadena de comida rápida.

Ni siquiera me ha gustado. En parte por el argumento, en parte por el estilo. Me recordaba a las películas de sobremesa de Tele 5 o Antena 3. Superficiales, dramáticas o sórdidas.

Una modelo de bikinis, Kim McDaniels, es secuestrada y no se ha pedido rescate. Un ex policía metido a escritor tienen que escribir un libro sobre la vida de su ejecutor, Henri Benoit, que le concede entrevistas y le cuenta todo. Una red internacional de poderosos y millonarios Mirones de "snuff movies" contrata a gente como Henri para producir ese material sórdido. Al final, cae la Alianza (Mirones) o eso parece, porque la cabeza cortada de Henri llega a parpadear después de separada del torso.

¿Que he hecho un spoiler? No se pierde nada. Al que le guste el género lo leerá a pesar de todo.

Antes de poderse hacer uno a la idea, poner al lector en situación del drama, ya la ha liquidado. No dio tiempo ni de empalizar con la víctima. Todo sucede muy rápido, sin descripciones ni reflexiones, con un lenguaje elemental.

No sé si me gustaría dedicarme a la literatura para escribir eso. Sólo la tentación de ganar tanto dinero como Patterson me haría dudar y no por el dinero en sí, sino por la independencia económica que me daría para dedicarme a escribir lo que de verdad me gusta.

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