lunes, 18 de julio de 2016

El chino, de Henning Mankell


Un crimen atroz, el mayor de la historia de Suecia, asola al país en 2006. En Hesjövallen, un pueblo de la Suecia interior, aparecen muertos casi todos sus habitantes. Resultan ser familiares y han sido degollados de forma cruel. Una juez, Birgitta Roslin, investiga el crimen, siguiendo la pista china. Todo parece remontarse a siglos atrás. La construcción del ferrocarril en el oeste americano, chinos empleados como esclavos casi, la China actual que vive en una contradicción por mantener sus tradiciones e ideales maoístas y seguir el ritmo del desarrollo capitalista, países africanos dispuestos a acoger a millones de chinos para cultivar su tierra...

Leer a Henning Mankell es casi una garantía de entretenimiento. Esta novela, a pesar de no estar protagonizada por Wallander, también engancha. Sin embargo, no entiendo por qué la gente la valora tanto. Las descripciones no están muy logradas, ni de los personajes ni de los escenarios. Hay escenas sin mucho sentido y momentos de la trama que no se sostienen. También me parecen excesivas las reflexiones y digresiones históricas, los recuerdos del pasado de la juez, los comentarios y alegatos del narrador —aunque los ponga en boca de un personaje— y algún otro detalle. También de la traducción tengo mis dudas, pero es una batalla perdida. El lenguaje de los personajes no es natural. ¿Quién dice hoy, al hablar, "a la sazón llamado Rodesia"? Es sólo un ejemplo. Cuenta mucho, en lugar de mostrar... Estos detalles hacen que caiga un poco mi valoración global de la novela.

Es curioso un detalle: entiendo mejor los topónimos chinos que los suecos 😀. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario