sábado, 16 de enero de 2016

Domingos de agosto, de Patrick Modiano


Los Reyes Magos me han traído un par de novelas de este autor. En cuanto me enteré de que había ganado el premio Nobel pensé en devolverlos, pero como son los Reyes...

En efecto, comencé a leerlo y lo quise dejar. Confuso, sin interés, gris como la lluvia de Niza en invierno. Di que, como es breve (sobre todo si le quitas el montón de páginas en blanco que mete la editorial para engordar el volumen) y era fin de año...

Sigo sin entender a los personajes que hacen cosas contra su voluntad y sin estar atados por una obligación o deber. ¿Tanto les cuesta decir no? ¿Rechazar una oferta? Ya sé que la vida puede sorprendernos con esta posibilidad, pero no deja de chirriarme.

Aquí, el narrador protagonista se encuentra en Niza, donde había llegado hacía tiempo, y lo recuerda, con Sylvia, huyendo con un diamante robado. Su encuentro con Villecourt le trae recuerdos. De Sylvia, del propio Villecourt y de dos personajes que les invitan a Sylvia y a él, pero que esconden algo. 

En fin, que parece una novela policiaca, sin serlo; romántica, sin serlo; nostálgica, sin lograrlo. Tampoco de misterio pese a la información que escatima y que el autor va dosificando. Nunca consiguió provocar mi curiosidad y sí el tedio.

No me gusta su estilo, todas las acotaciones del narrador son con "dijo", cede en el lector el rellenar demasiados huecos de la historia...

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