Dinorah Manssur es una siria que creció en Perú y es cristiana en Damasco. Jorge Benavides la conoce en un viaje a esa ciudad invitado por el Instituto Cervantes y se enamoran. El apogeo de su enamoramiento se desarrolla en Estambul y el declive en su tercera cita: Nueva York. Dinorah pasa a ser la obsesión del escritor, sobre todo desde su desaparición. Sigue su rastro por Ginebra, París, Lima, Cusco, Venecia... surgen especulaciones (de speculum en latín, espejo) sobre su proximidad con grupos terroristas. ¿Será la misma Dina, Tina y Dinorah?
Un nuevo tema de este autor, ya por fin sin el de la dictadura peruana. Tanto, que el contraste me ha chocado, no le imaginaba con este registro romántico y sentimental.
Un nuevo tema de este autor, ya por fin sin el de la dictadura peruana. Tanto, que el contraste me ha chocado, no le imaginaba con este registro romántico y sentimental.
Le tengo que preguntar por ello y por los detalles reales de la historia, pues aparece él mismo como personaje. Y no es que como lector confunda a autor y narrador, que eso lo tengo superado, pero es que en esta ocasión uno de ellos se llama Jorge Benavides y es escritor, experto en Vargas Llosa... No sé si incluso el otro narrador, Albert Cremades, tiene algo de trasunto también. Y me ha llamado poderosamente la atención su fetichismo por las rodillas.
Está muy bien descrito, en ocasiones con tanta profusión de detalles que retrasa el ritmo. Sin duda lo ha hecho a propósito. El léxico es rico y abundante, preciso y precioso. Los ambientes son plásticos y tangibles, también las sensaciones: he terminado el libro con olor a tabaco pegado a mi ropa y un sabor a dry martini y a gin tonic empapelado en mi boca.
Sólo he echado en falta algo más de ritmo y movimiento, pues predomina la reflexión, la conversación, la especulación, la información, la descripción...
Muy logrado está el efecto de los espejos que se reflejan entre sí. Una historia a la que nos zambullimos desde puntos de vista simétricos, antagónicos y, sin embargo, distintas caras poliédricas de una misma realidad.
Sólo he echado en falta algo más de ritmo y movimiento, pues predomina la reflexión, la conversación, la especulación, la información, la descripción...
Muy logrado está el efecto de los espejos que se reflejan entre sí. Una historia a la que nos zambullimos desde puntos de vista simétricos, antagónicos y, sin embargo, distintas caras poliédricas de una misma realidad.
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