Un amigo me ha prestado este libro. Como soy escéptico lo leí con recelo. Me tranquilizó que no me vende nada y es cierto que lo que transmite va en contra de lo que beneficia a las empresas farmacéuticas y químicas. No es patentable, no permite ganancias millonarias. Lo cual es un punto a su favor. Y es coherente con otros mensajes como el de beber agua, comer frutas frescas, sal marina, verdura, etc., pero que cure el cáncer como Tullio Simoncini y el bicarbonato de soda...
Al parecer, no bebemos suficiente y la boca seca ya es un síntoma límite de la necesidad de agua del cuerpo. El ser humano por dentro es ácido y no existen enfermedades, todas tienen distinto nombre, pero es una misma: la falta de agua del cuerpo. Estrés, artritis, insomnio, sobrepeso, depresión, diabetes, colesterol, hipertensión... hasta el cáncer.
Se puede ionizar el agua y subir su pH para volverla alcalina y potenciar los efectos positivos en el cuerpo humano.
El agua es sana, todos estamos de acuerdo. Pero beber mucha agua desgasta los riñones al hacerlos trabajar demasiado ¿no? Ionizarla para volverla alcalina y contrarrestar la acidez del cuerpo humano, ¿es natural? ¿El agua en la naturaleza es alcalina?
No he podido evitar recordar el libro de Masaru Emoto, Mensajes del Agua, de la diferente manera de cristalizar en función del entorno y los sentimientos.
Cita estudios universitarios y privados, a profesores y científicos y sus conclusiones. Aunque hay tantos estudios en uno y otro sentido que no demuestran nada. Hasta al único médico con dos premios Nobel, Otto Warburg, y su tesis del cáncer anaeróbico. La ciencia de hoy fue superstición o herejía antaño. La pseudociencia hoy está proscrita, pero mañana...
Por eso, hay que volver al sentido común, al instinto, a lo natural. Vida saludable= respirar bien, comer sano, pensamientos positivos y ejercicio.
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