Como dije en un post anterior, es un libro fresco, diferente.
Hay algunas objeciones que hacer al narrador, por sus prejuicios y estereotipos, aparte de alguna incoherencia.
Sin embargo, tiene ese algo que provoca el que queramos recomendarlo.
Por otro lado, voy a recoger algunas citas que me han gustado:
"Para eso están los sofás: sentarse, tomar té y hablar de literatura".
"Los peores son los libros exprés, los libros de actualidad: se encargan, se escriben, se imprimen, se televisan, se compran, se retiran, se destruyen. Los editores deberían poner la fecha de caducidad al lado del precio, ya que solo son productos de consumo".
"La cultura (no es placer) es un esfuerzo permanente del ser para escapar de su vil condición de primate subcivilizado".
"En realidad, señor ministro, usted los distrae porque les tiene miedo. Ruido, siempre ruido, nunca el silencio de un libro, nunca".
El resto os las dejo para que las encontréis.
domingo, 9 de octubre de 2011
sábado, 1 de octubre de 2011
Molledo y Delibes
Hoy varios socios del Taller Literario Corsarios hemos ido a Molledo a recorrer los escenarios en que se desarrolla la novela El Camino, de Miguel Delibes. La Poza del Inglés, el Pico Rando (Jano), la finca del Indiano, la tienda de las Guindillas... Daniel, el Mochuelo, nos acompañó durante todo el paseo. Él y Roque, el Moñigo, junto a Germán, el Tiñoso.
Tuvimos el placer y el lujo de contar como guía a Carmen Múgica, profesora de lengua y literatura y vecina del valle. Conoció a Delibes y nos identificó cada piedra, cada edificio, cada escena. Leíamos fragmentos del libro al pie de los distintos mojones de la novela. Recreábamos la historia, revivíamos nuestro propio pasado.
Tal es la fortaleza y frescura de El Camino: que parece contar nuestra historia. En cierto modo lo hace.
El día también acompañó: sol y calor. En resumen, buena compañía, buena literatura, buen paisaje. O como pedía don Miguel en todo relato: un hombre, un paisaje, una pasión. El hombre fue él, su casa, su presencia intangible. El paisaje, todo el pueblo, el valle, las montañas, la vía, el río, la carretera... La pasión, la literatura.
Hoy la novela se ha hecho tierra. Se ha hecho pueblo. Se ha hecho gente.
Hoy echo de menos a don Miguel. Todavía más.
Tuvimos el placer y el lujo de contar como guía a Carmen Múgica, profesora de lengua y literatura y vecina del valle. Conoció a Delibes y nos identificó cada piedra, cada edificio, cada escena. Leíamos fragmentos del libro al pie de los distintos mojones de la novela. Recreábamos la historia, revivíamos nuestro propio pasado.
Tal es la fortaleza y frescura de El Camino: que parece contar nuestra historia. En cierto modo lo hace.
El día también acompañó: sol y calor. En resumen, buena compañía, buena literatura, buen paisaje. O como pedía don Miguel en todo relato: un hombre, un paisaje, una pasión. El hombre fue él, su casa, su presencia intangible. El paisaje, todo el pueblo, el valle, las montañas, la vía, el río, la carretera... La pasión, la literatura.
Hoy la novela se ha hecho tierra. Se ha hecho pueblo. Se ha hecho gente.
Hoy echo de menos a don Miguel. Todavía más.
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