Ayer saqué a pasear a Bismarck y estaba lloviendo. No me importó. Caminé bajo la lluvia dejando que ésta me empapara. Hacía mucho tiempo que no dejaba que lloviese sobre mí sin paraguas. Me sentí en equilibrio con la naturaleza, sintiendo el goteo suave y constante sobre mi cabeza, la pesadez cada vez mayor de mi ropa, los pies encharcados...
La primera vez que me dejé llover (!) sin que fuera jugando al fútbol o por obligación o accidente, fue en Lindau. Iba de paseo con mi amiga Evik y en vez de correr a cubrirnos me dijo: "it's only water!".
Bismarck se centrifugaba de vez en cuando y me miraba sin comprender.
No sé si es muy zen dejarse llover (!) pero me hizo sentir bien. Me serenó y me produjo buenas sensaciones. Creo que se podría recomendar como terapia anti estrés. Además, es gratis, de momento.
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