Ayer saqué a pasear a Bismarck y estaba lloviendo. No me importó. Caminé bajo la lluvia dejando que ésta me empapara. Hacía mucho tiempo que no dejaba que lloviese sobre mí sin paraguas. Me sentí en equilibrio con la naturaleza, sintiendo el goteo suave y constante sobre mi cabeza, la pesadez cada vez mayor de mi ropa, los pies encharcados...
La primera vez que me dejé llover (!) sin que fuera jugando al fútbol o por obligación o accidente, fue en Lindau. Iba de paseo con mi amiga Evik y en vez de correr a cubrirnos me dijo: "it's only water!".
Bismarck se centrifugaba de vez en cuando y me miraba sin comprender.
No sé si es muy zen dejarse llover (!) pero me hizo sentir bien. Me serenó y me produjo buenas sensaciones. Creo que se podría recomendar como terapia anti estrés. Además, es gratis, de momento.
domingo, 10 de julio de 2011
domingo, 3 de julio de 2011
Escupiré sobre vuestra tumba
Una novela de Boris Vian (prólogo de Rosa Pereda) políticamente incorrecta y que –a pesar de tener ya unos añitos y seamos lectores algo inmunizados por la violencia televisiva–, sigue sorprendiendo por su dureza. Quizá no sea tanto por la violencia latente y el sexo explícito como por la crueldad moral de Lee Anderson, el protagonista. Su frialdad, su blanca apariencia externa que oculta la negrura de su sangre y su alma, la vulnerabilidad de sus víctimas... Vian utiliza un lenguaje eficaz que te impulsa hacia un desenlace que deseas encontrar y evitar al mismo tiempo.
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